El empresario nace o se hace
Son innumerables las encuestas que afirman que un emprendedor nace, Richard Branson lo demuestra, pero qué pasa con las personas que han decidido que quieren algo diferente en su vida, qué pasa con las madres que acaban de ver a su hijo pequeño empezar el colegio, saben que quieren volver a trabajar pero quieren algo diferente, algo que les haga ganar algo de dinero pero que no les ocupe todo su tiempo, qué pasa si deciden hacer unas tartas e intentar venderlas en una feria local, siguiendo lo que dice Wikipedia. Estos son emprendedores pero se considerarían a sí mismos como tales; lo dudo. ¿Y si tienes un trabajo a tiempo completo y decides trabajar como autónomo? Con el paso de los meses y los años te haces una reputación de trabajo de calidad y la demanda crece, hasta que llegas a un punto en el que tienes que elegir entre tu trabajo diario o ser autónomo, y eliges lo segundo. Según la Wikipedia, eso te convierte en empresario. Lo que quiero decir es que muchas personas que nunca se considerarían a sí mismas emprendedoras lo son en realidad.
Para mí, un emprendedor no es tan fácil de encasillar, no es lo que haces lo que pone comida en tu mesa, es la mentalidad que te lleva a llegar a ese punto. Es lo que te empuja a seguir adelante y a tener fe en tu propia capacidad, se trata de ser lo suficientemente abierto para aceptar que el camino que tienes por delante es desconocido y que, en última instancia, todo podría fracasar.
La razón obvia por la que cualquier persona inicia un negocio es para ganar dinero, algunos pueden decir que quieren cambiar el mundo, pero al final del día todo se trata de dinero, pero antes de que pueda empezar a pensar en el dinero primero tiene que llegar a un acuerdo con el hecho de que la mayoría de las empresas fracasan y la mayoría fracasan en su primer año. Es como una carrera de caballos, te juegas el pellejo si entra, es el día de la paga. La única diferencia es que estás apostando por ti mismo. ¿Aceptarías la apuesta?
Si has leído hasta aquí, debe ser algo que te tomes en serio, así que permíteme que te dé un consejo de despedida, coge dos hojas de papel y escribe una lista de las cosas que se te dan bien y en la otra escribe una lista de las cosas en las que fallas (la contabilidad es la primera de mi lista). Ahora tira la lista buena y mira la otra, aprende a hacer que esos puntos débiles sean los más fuertes o paga a alguien para que lo haga por ti. Ser un empresario de éxito consiste en ser muy completo y tener la capacidad de adaptarse a lo que se te ponga por delante, si sólo te centras en lo que se te da bien no verás el panorama general y entonces tu negocio fracasará.
Alguna vez ha oído el dicho «aprendemos más de nuestros fracasos que de nuestros éxitos», y lo mismo ocurre en los negocios. Así que puede que tu primer intento no sea un jonrón, pero has aprendido lo suficiente esta vez para tener una oportunidad de luchar si alguna vez decides volver a tomar este camino.