Cuidado con los dilemas de la subcontratación – La subcontratación podría aumentar los gastos generales de su empresa y mucho más
Olvidémonos de la mentalidad: muchos empresarios dispuestos a externalizar sus procesos empresariales tienen dificultades por el hecho de que cuesta dinero, el factor más importante en el mundo empresarial actual.
El dinero, es decir, el efectivo en manos, es el rey, la reina y el príncipe hoy en día. Los ingresos ya no son tan importantes, ya que las cuentas por cobrar son mucho más difíciles de convertir en efectivo debido a la recesión económica.
Preservar el dinero que tanto le ha costado ganar es probablemente el objetivo más importante si quiere que su negocio sobreviva, por no decir que prospere.
La externalización se presenta a menudo como una solución: dejar que los procesos empresariales menos importantes y costosos sean gestionados por un tercero. Sin embargo, aunque la externalización pretende ser una solución para reducir costes, a menudo cuesta dinero, como la forma más líquida.
Para reducir costes, las empresas necesitan subcontratar
Esta es una parte del dilema.
Siguiendo la ley de Pareto, la codiciada regla del 80-20, el 80% de sus procesos empresariales sólo le aporta el 20% de los ingresos totales. También se ha demostrado que el 20% de sus procesos empresariales globales requiere el 80% de sus recursos empresariales. Por lo tanto, la externalización es una solución lógica para reducir esos gastos generales.
…Sin embargo, la subcontratación puede costar dinero y pérdidas de oportunidades
Esta es la otra parte del dilema.
Es cierto que la externalización puede ahorrar recursos a su empresa. Sin embargo, externalizar el proceso empresarial equivocado puede costarle aún más dinero, además de pérdidas de oportunidades.
Por ejemplo, suponga que quiere copiar lo que hacen esas grandes empresas: Externalizar sus servicios de atención al cliente. Sin embargo, tenga en cuenta que el tercero está actuando en su nombre sobre la base de unas políticas predefinidas que ambos han acordado. Si ocurriera algo «no previsto», por ejemplo, que su principal cliente necesitara que se le resolvieran problemas no ordinarios, ¿podría su servicio de atención al cliente externalizado ocuparse de ellos? Hacerlo mal podría costarle el negocio.
La clave está en saber hacer qué y cuándo
Recuerdo lo que Tim Ferriss afirmaba en su libro La semana laboral de 4 horas sobre la subcontratación: así como la subcontratación puede duplicar los beneficios de tu empresa y magnificar los efectos de la eficiencia en tu negocio, hacerlo mal (subcontratar un proceso empresarial «roto» o innecesario, por ejemplo) puede, por el contrario, duplicar las pérdidas de tu negocio y magnificar los problemas que éste tiene.
La conclusión es que, si puede eliminar por completo los procesos empresariales no productivos, ¿por qué molestarse en externalizarlos?
Ahora, su tarea y la mía es identificar, basándose en la ley de Pareto, qué procesos empresariales se pueden externalizar y cuáles se pueden eliminar sin más.