Formas de dar prioridad al cliente
Tener un negocio rentable requiere mucho más que altos márgenes de beneficio. De hecho, el precio de venta y el coste de las mercancías vendidas son sólo algunos de los factores menores que contribuyen a la rentabilidad global.
Otros aspectos cruciales para mantener el éxito de una marca incluyen desde un marketing adecuado hasta una experiencia positiva para el cliente. Sin embargo, para garantizar que se cumplan estas condiciones, las empresas deben dedicar mucho tiempo a desarrollar sus operaciones y averiguar cómo satisfacer una necesidad en su sector de forma eficiente.
Sin embargo, hacer que los compradores se sientan bienvenidos e incentivarlos a volver es, sin duda, la razón número uno por la que algunos negocios prosperan y otros fracasan. Entonces, ¿cuáles son las cinco formas más sencillas de poner al cliente en primer lugar?
Entender quién es el cliente
Muchas empresas gastan millones de dólares en sus departamentos de atención al cliente y aun así no consiguen establecer una interacción positiva entre ellas y los compradores. Esto se debe generalmente a la falta de comprensión del cliente al que se dirige la marca. Para los que no están familiarizados, cada organización va a tener un tipo específico de comprador al que se dirige. Algunas están en el mercado para vender productos a mujeres de mediana edad, mientras que otras se centran principalmente en los jubilados o los adolescentes.
Al final, la combinación de todos esos factores y datos demográficos que la empresa tiene que analizar se convierte en el perfil del cliente objetivo. Entonces, ¿cómo influye esto? Bueno, según el fundador y director médico del Centro de Medicina y Cirugía Plástica de Longueuil (Quebec), el Dr. Pierre Courchesne, no realizar una investigación adecuada será un error muy caro. La razón es que llevará a las empresas a dirigirse al tipo de cliente equivocado y sus ventas se verán afectadas negativamente.
Sea receptivo
Cuando una persona quiere comprar un producto o un servicio a una empresa a la que nunca ha comprado nada antes, va a haber una buena dosis de escepticismo. Y con razón. Después de todo, gastar dinero no debe hacerse a la ligera y la mayoría de los compradores lo entienden. Por lo tanto, es crucial responder a todas las consultas de manera oportuna y mostrar al cliente que su negocio es apreciado.
Si lo hace, será mucho más fácil convertirlos en compradores a largo plazo que estén dispuestos a realizar esa primera compra.
Ofrecer buenos incentivos
El Dr. Pierre Courchesne aconseja además a los empresarios que, si no están limitados por un organismo regulador profesional, ofrezcan buenos descuentos a sus compradores si quieren mantenerlos contentos. Esta estrategia existe desde hace mucho tiempo porque es una de las formas más exitosas de aumentar instantáneamente los ingresos.
Obviamente, sin embargo, es importante contar con buenos incentivos que sean lo suficientemente tangibles como para hacer que alguien gaste dinero. Por ejemplo, ofrecer una rebaja de 10 dólares en un artículo de 500 dólares será irrisorio y podría costarle a uno sus clientes. En cambio, ofrecer un descuento de 100 dólares en ese artículo probablemente hará que aumente drásticamente la demanda.
Pedir la opinión del cliente
Después de realizar una compra, es igual de importante hacer un seguimiento del comprador que motivarlo a comprar algo. ¿Por qué? Bueno, no hacerlo podría llevar a un escenario en el que el comprador esté tan insatisfecho con el servicio que quiera obtener un reembolso. Y la mayoría de las situaciones van a dar lugar a que se procese el reembolso, ya que los compradores tienden a tener la sartén por el mango en tales escenarios. Además, escuchar los comentarios podría ser una buena oportunidad para mejorar las operaciones de uno para que puedan ajustarse a las necesidades de sus clientes.
Devolver a la comunidad
En última instancia, hay pocas cosas que demuestren que una empresa se preocupa de verdad y pone al cliente en primer lugar de forma tan significativa como devolver a la comunidad. Esto se debe a que la gente tiende a valorar a las empresas que hacen un esfuerzo evidente por mejorar el estado de la sociedad y no temen donar dinero o tiempo a la caridad.
En consecuencia, la empresa podría acabar siendo rentable incluso después de donar sus fondos, ya que el conocimiento de la gente aumentará.